domingo, 10 de agosto de 2008

Ni días del niño, ni dias soleados...


Festejar el día del niño en mi barrio más precisamente en mi cuadra desde que tengo uso de razón siempre fue un gran acontecimiento, hablo no de forma individual, sino de las fiestitas que se organizaban para agasajar a todos como un conjunto, pero el contraste con aquellas épocas que no volverán donde todo era más simple y el hoy surgió irremediablemente.
Hoy pude observar otras caras, otros ojitos, otras necesidades y otras sensaciones. Mientras que hace unos años atrás los deseos corrían por que juguete te podría tocar en suerte, y pensando una estrategia de cómo podrías canjear aquel libro de cuentos aburrido que te toco por algún juego de té que venia incluida la tetera, hoy fue la necesidad de tomar un chocolate y comer unas ricas facturas, recibir unas cuantas golosinas y obsequiar un cuadernito de 30 hojas “Gloria” con un lápiz de esos que ni siquiera son de marca y que supongo que en una semana más no existirá.
Los juguetes estaban ausentes y a mi se me estrujo el alma. Los miraba y me culpaba por haber sido desidiosa y no haber intentado hacer otras cosas para conseguirlos.
Entre la angustia que sentía y pensando las mil formas de lo que podría haber hecho, llegaron hasta el lugar tres nuevos nenes que desconocía, Rodrigo, Lucas y Rubén, uno de ellos se acerco a mi para pedirme que le regale un globo al cual le tuve que decir que “NO” porque no alcanzaría para todos y la cosa se iba a poner complicada (otra vez la angustia se instalaba en mi pecho). Pero todo cambio cuando vi la sonrisotas dibujadas en sus caras, la felicidad que traían consigo era increíble, se pusieron a bailar conmigo, me regalaban besos y por supuesto no demore en enamorarme. En ningún momento se les borro la expresión de alegría y nunca se quejaron de haber recibido un fastidioso cuaderno como regalo del día de niño.
Dentro de toda la amargura que sentía me quede un poco más tranquila por asi decirlo, no satisfecha pero si sosegada al ver a los pequeños demonios riéndose a más no poder.

Sus caritas no se borraran y gracias al capturador de imágenes me las puedo quedar para guardarlos en el baúl de emociones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ee a ese que te esta metiendo la mano en la teta ia va ver cuando lo agarre solo por la calle