Lucas...

Lucas seguramente no sabrá que hablare de él. Pero aquí van unas cortas líneas para un hombre que cotidianamente trabaja con una sonrisa inmensa en su cara, que te trata con una cortesía exquisita, y con una amabilidad pura y única en Santiago Del Estero.
Se dedica a atender mesas en una de las nuevas parrilladas de la metrópoli, es decir “es mozo”, desde mi humilde opinión se desempeña impecablemente, además de ello ama cantar, ama el folclore y ama karate el cual tuvo que dejar por falta de tiempo. Estas fueron algunas de las cosas que nos contaba en el ir y venir típico de los mozos.
Nos sorprendió sobremanera al acercarse a nuestra mesa después de terminado el plato y dedicarnos “Confesiones de un adiós” de Ciro Acuña, hermosa zamba santiagueña, nos dejo deleitados como siempre que vamos a comer allí. Lo aplaudimos con ganas mientras el resto no se inmutaba. Al retirarnos ya del lugar solo le pedí un autógrafo, ¿porque no? Se necesita más gente con esas ganas y simpatía en este mundo. Para mi es un ejemplo y por ello me lleve el autógrafo y me retire con una expresión de satisfacción.

Grande Lucas. Y gracias.